Una conversación sincera sobre el amor propio

Una conversación sincera sobre el amor propio

Primeros pasos hacia el reencuentro con tu autoestima

Desde que cree este espacio de Mujer Lilith, supe que al amor propio sería parte fundamental de el. Mi camino espiritual empezó con la herida de amor propio, esa que te duele cuando sientes que no vales nada, que no tiene sentido tu vida; cuando te miras al espejo y no te gusta lo que ves. Si, por ahí hemos pasado todas. Y es por eso que preciso determinante hablar sobre el amor hacia nosotras mismas, a propósito de la celebración del Dia del Amor o el Dia de San valentín.

Hay que entender que nuestra generación ha sido bombardeada por estereotipos de belleza limitantes que poco han contribuido con la idea de amarnos tal como somos. Y empiezo hablando de la parte física porque para muchas el amor propio se empieza a deteriorar desde esa percepción de lo tangible y superficial.

No recuerdo, de niña, cuando fue la primera vez que alguien me criticó por la manera que lucía pero si recuerdo que fueron muchas veces, porque para que siendo tan inocente y viniendo de un concepto formado en mis primeros años de vida, donde poco existen dualidades de bueno o malo; o feo o bonito; hayan podido mermar poco a poco mi amor propio, tuvieron que ser muchas las veces. Por lo general, las primeras críticas vienen de tu entorno cercano, tu familia, amigos y compañeros del colegio. Y ojo, aquí no vengo a echarle la culpa a nadie; las cosas son así porque son fenómenos sociales que se dan en nuestros primeros años de vida y nos afectan más que en cualquier otra época.

A la adolescencia, ya llegamos con un concepto perturbado de nosotras mismas. Además de las objeciones físicas que venimos cargando, se anuda toda la parte de comportamientos sociales que se esperan de nosotras, expectativas y limitantes que nos vamos creando a partir de las demandas de nuestro entorno. Es tan simple como saber que reprobar un examen es algo “malo”, y sentirse como un “fracaso” por haberlo reprobado.

Si a todo esto le sumamos la falta de una educación sexual, psicológica y emocional integral que te ayude a entender mejor los retos por los que empieza a atravesar tu cuerpo en una época tan delicada como la adolescencia, podemos tener por seguro que nuestro autoestima o amor propio se verá afectado de alguna manera.

Luego, nos adentramos en los primeros años de nuestra vida adulta; y empezamos a tomar decisiones que no van acorde con nuestros propios propósitos y sueños, simplemente porque no nos creemos merecedoras de ellos o porque queremos complacer a mamá y a papá. Después de todo, si digo que lo que quiero es irme a viajar por el mundo, la gente va a pensar que estoy loca, y por ahora solo quiero parecer una persona “normal” que cumple con lo establecido por la sociedad… ¿te suena familiar?

Pero la vida da muchas vueltas y pronto, tomar decisiones que no sirven a tu propósito de vida, te pasa factura. Y a través de relaciones tóxicas, carreras universitarias que no terminamos, trabajos indeseados, decisiones equivocadas acerca de nuestro auto-cuidado, incapacidad de poner límites, exceso de alcohol y otras adicciones, vemos como cada vez nuestro derecho al amor propio se va alejando de nosotras. Todo esto más los retos que ya de por sí trae la vida puede parecer demasiado y allí es cuando se produce la gran explosión.

La buena noticia es que analizando el tema de raíz, podemos entenderlo mejor e implementar técnicas o herramientas que nos devuelvan a ese estado de felicidad que sentimos cuando tenemos 5 años de edad, donde no nos preocupa lo que piensan de nosotras y simplemente somos auténticas, libres de juicio, felices.

La mala noticia es que por lo general, lo vamos entendiendo cuando ya estamos cerca de los 30 años. Quizás, para algunas suceda antes pero para la mayoría toma casi tres décadas descubrirlo y hasta más (hay muchas personas que pasan toda su vida atrapadas en el desamor hacia ellas mismas). Y allí es cuando ya decimos: No más.

Cualquier reto que te ponga la vida y cualquier dificultad que debas enfrentar para ser feliz estará directamente correlacionada a tu amor propio. Por eso, muchas terapias empiezan por ahí. Porque para comprender tu mundo exterior, debes entender tu mundo interior. Y eso amerita reactivar el amor propio, que dicho sea de paso, siempre está ahí, esperando a ser recordado y reprogramado por ti.

 

Primeros pasos para restablecer tu amor propio:

Reconoce el problema:

Lo primero, como cada condición mental o física, es reconocer que necesitamos reforzar nuestro autoestima. De manera que, repite conmigo: “Soy (di tu nombre) y quiero reactivar mi amor propio”.

Busca ayuda:

Es necesario buscar ayuda para superar la falta de autoestima. Lamentablemente, esto no es algo que podamos “solucionar” solas. Necesitamos guías, apoyo, solidaridad, una comunidad de personas que hayan pasado por lo mismo. En mi caso, empezó por buscar un camino espiritual, porque sentía que mi corazón me estaba empujando a hacerlo. Y eso me lleva al tercer punto.

Escucha a tu corazón:

Tu corazón te llevará a buscar diversas soluciones y a conocer a varias personas que te pueden apoyar a recuperar tu amor propio. Sin embargo, siempre será importante, quedarte solo con aquellas experiencias que de verdad te hagan vibrar y poder tener la capacidad de discernir a la hora de escoger cuales quieres practicar. Al final puedes armarte tu propia práctica de amor propio con todas las herramientas adquiridas, implementando solo aquello que funcione para ti.

Ya con estos primeros baby steps puedes encaminarte al reencuentro con tu amor propio. Recordando que no es algo que una vez que encuentras ya no tienes que buscar más, al contrario, es una tarea diaria que te va a seguir poniendo más retos a lo largo de tu vida. Solo dependerá de ti tenerlo tan bien alimentado, que no se aplaque fácilmente ante las circunstancias y adversidades.

En este Día del Amor, te deseo que recuerdes que el amor más importante de todos es el que comienza dentro de ti y el que sientes por ti.

 

Besos,

Leave a comment

4 Comments

  1. Recien leo tu reflexion, y me resuena… dos generaciones experimentando lo mismo, y cada una saliendo con los salvavidas disponibles para cada epoca y en cada contexto particular. En tu caso, creo que se sumo además esas ganas comunicativas que vinieron en tu adn, y las que te llevarían a entablar, primeramente, una comunicacion intensa contigo misma, lo demas fue «pan comido» -como dicen-. Hoy nos regalas nuevos salvavidas validados previamente en ti. Esa Mujer Lilit que trajiste!

    1. Así es y es maravilloso ver la evolución de una generación a otra porque al final todas estamos librando por todas y liberándonos a todas.

Send a Comment